martes, 29 de septiembre de 2009

The end.

Nuestro último día en la City empieza con un buen desayuno en la pastelería Ferrara en Little Italy. Es el único café bueno de todos los que hemos tomado en New York. En la foto se ve claramente como se prepara un buen capuccino. Con el buen sabor en la boca cogemos el metro con dirección a Harlem porque es domingo y se estila eso de ir a ver una misa Gospel. Me habían dado la dirección de una iglesia baptista en la 125th St. Está jarreando y no sabemos exáctamente en qué número de la 125 está esa iglesia. Le preguntamos a una lugareña que arrastra un carrito y nos dice que es donde va ella, que la sigamos. Nos extraña que cambiemos de calle, pero bueno, le seguimos. Llegamos a un pequeño local en una zona mala y nos dice que pasemos, que es aquí. Nos asomamos y vemos que hay un cura negro y dos feligresas y ni asomo de algo parecido al gospel. Le decimos que ésta no es la baptista de Antioquía y la señora contesta que no, que esa está en la 124th St.
Vamos que nos secuestran para una secta y no nos encuentra ni Dios.
Al final conseguimos entrar en una que se llama “The united house of prayers for all the people”.
Al principio una sensación extraña porque solo hay dos negros que cantan (El reberendo y su ayudante), el resto somos turistas en busca de gospel. Según va pasando el rato entra algún que otro feligrés, uno que toca el trombón, otro los platillos, alguno la tuba, etc, al final llega el pastor cool cuando ya llevamos 40 minutos esperando. El hombre se mete en el papel y hace disfrutar a la gente que lo agradece con los donativos.
Salimos antes de que acabe (una hora y media de religión en Domingo es más que suficiente).
Nos cambiamos de ropa en el hotel y nos vamos a comer a una zona de pubs detrás del edificio de la bolsa. Mientras callejeamos en busca del toro de Wall Street nos metemos en medio del rodaje de una peli en la que aparecen muchos polis y un coche totálmente acribillado, en las sillas de los actores pone “The other guys” o algo parecido.
Haciendo las compras de última hora pasamos junto a la secta de Tom Cruise muy acorde en ubicación, la zona de los teatros.
Cuando hago la salida del hotel la recepcionista nos dice que el taxi al aeropuerto solo cuesta 45$ pero cuando llegamos el chino, que apenas sabe inglés, nos dice que no que son 52$, total que le pagamos pero nos sentimos timados.
Coincidimos con otros españoles en la terminal y nos dicen que eso no es nada, que a ellos al ir les cobraron 100$ y también se sintieron timados.

Fin

domingo, 27 de septiembre de 2009

City pass

Estos tres últimos días hemos estado viendo el resto de atracciones turísticas que coges al adquirir el “City pass”. Mejor dicho los dos últimos porque el primero metí la pata por no leer. Fuimos a coger el barco que da la vuelta a Manhattan en el muelle del ferry de Staten Island y se cogía en Midtown (unas 70 calles más arriba). Decidimos pasar el día por un antiguo muelle de carga ahora convertido en una zona turística donde hay viejos galeones, el museo del mar, y gracias a una importante familia irlandesa tabernas donde degustar gran cantidad de cervezas.
Volvimos a pasar por la “Zona Cero” y entramos en una capilla donde se rinde tributo a los fallecidos el 11 de Septiembre. Esta capilla está rodeada por un antiguo cementerio con lápidas completamente ilegibles en las que aun se coloca alguna bandera y alguna flor. Por la tarde dimos una vuelta por ChinaTown (comunidad endogámica donde las haya). Ahora bastante más extendido de lo que pone el los mapas. Ayer decidimos hacer lo que hacen todos los turistas que vienen a Nueva York por unos pocos días, por la mañana cogimos el “Circle Line 42” y por la tarde subimos al “Empire State”. En el muelle hacía mucho frío y no nos pudimos calentar con el café porque era infumable. En Nueva York ante la duda del café es mejor pedir un té. Estuvimos esperando media hora haciendo cola para subir al barco. Lo que pensaba, parada frente a la Estatua de la Libertad y frente al edificio de la ONU. Tiempo invertido sin espera, dos horas. Por la tarde fuimos al hotel para abrigarnos y comimos en Tribeca en un restaurante con pinta de francés pero donde comimos hamburguesa.
Metro de nuevo y al centro al “Empire State”. El hall es impresionante, vivo ejemplo de Art Decó. Cuando subes a la primera planta para coger ticket tienes que esperar una larga fila que, viendo el balizaje de cordones para alargar la cola, no era tanto.
Tanto aquí como en el barco de la mañana te hacen una foto que luego te quieren vender al acabar la visita. Yo creo que tiene que ver también con la seguridad.
Una vez que tienes los tickes tienes que esperar para el ascensor, y no porque vaya lento (subes al piso 80 en segundos). En el piso 80 esperar de nuevo para subir al 86 que es donde está el mirador. Sales, haces unas fotos a través de una verja y vuelves a hacer cola para bajar. Total tiempo invertido para la visita dos horas para ver la ciudad desde lo alto durante 10 minutos.
Hoy nos ha tocado el Metropolitano. Es un museo grandísimo y un poco mal ordenado pero tiene grandes piezas que no se pueden disfrutar en un solo día. Muy buena la colección de Egipto y tremenda la de armaduras, espadas, y demás objetos de guerra.
La segunda planta la posponemos para una próxima vez.
En todos los viajes hay que dejar algo para la vuelta.

Continuará

viernes, 25 de septiembre de 2009

Turismo concertado.

Cuando te venden los paquetes turísticos de Nueva York te aconsejan que compres el City Pass que hace que disfrutes de seis atracciones de la ciudad a mitad de precio que si pagases cada entrada por separado. De momento hemos visto tres de ellas (MuseoHistoriaNatural, Gugenheim y el MOMA). Me hubiese ahorrado las dos primeras. El de Historia Natural no tiene comparación con el de Londres. El Gugenheim es monotemático (Kandinsky) y es peor que el de Bilbao.
Del MOMA se puede hablar largo y tendido. Todos los visitantes disfrutan tanto de las colecciones temporales como de las permanentes. Están todas las obras más importantes de la pintura del siglo XX.
Vistas dos plantas hemos decidido comer. Dos platos, una ensalada caprese (tomate, mozzarella y rúcula) y pasta (penne, pollo, champiñones, apio, especias y algo más). La ensalada es lo que prometía pero la pasta no es tal aunque estuviese en el epígrafe de pastas. Empiezo a revolver el plato para entender lo que he pedido. Es una especie de sopa con trocitos de pollo, champiñones, apio, alubias, rúcula y algún que otro macarrón. ¿Por qué narices han tenido que poner ese comistrajo en la lista de pasta?
Lo bueno del asunto es que tres mujeres españolas que están junto a nosotros me miran como diciendo “vaya mierda que se ha pedido este” hasta que su cara cambia al descubrir que el camarero les trae dos raciones de lo mismo.
O sea que si vais al MOMA a comer, no se os ocurra pedir los Capetelli.
El museo Metropolitano está blindado por las fuerzas del orden para la visita de los altos mandatarios del mundo.
Como no podemos entrar nos vamos de tiendas para comprar Nikes y Converses tiradas de precio. Hacemos una parada en Magnolia Bakery (cup cakes muffins).
Acabamos el día en un mexicano comiendo burritos y trasegando dos litros de magaritas. Eso sí, salimos por la puerta dignamente.

Continuará.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Un día en el museo.

Nada que reseñar del Museo de Historia Natural. Sí, miento, hacía un frío del carajo, sobre todo en la sala de los meteoritos. Casi me cojo una pulmonía.
Por la tarde la tiendas de Apple y F-A-O-SCHWARZ (juguetería).
De Apple poco que decir, una entrada de cristal espectacular y la posibilidad de trastear con todo (si es que pillas algo libre).


La juguetería es la que se utilizó para grabar “Big”. Por supuesto que estaba el piano de pies que utilizó Tom Hanks y te dejan probarlo, pero como la gente se descalza a mí me da repelús. Lo que más me gusta es que te puedes hacer tu propio muppet (teleñeco), es un regalo ideal para los niños.
La Quinta Avenida es un caos por culpa de los políticos, un hombre me cuenta que se ha podido hacer una foto con Zapatero que estaba de tiendas rodeado de escoltas.
Hemos conseguido salir de la zona e ir a una tienda de Armani en el SOHO que está muy bien de precio, sobre todo la sección de mujer. Los dependientes se te presentan y te ofrecen su ayuda y te piensas que es para apuntarse las ventas, pero no debe ser eso. Un tal Bini (fonéticamente) me cuenta que ha estado este verano en Galicia dos semanas y que vuelve en Diciembre, le digo que bien y que disfrute del fish de la zona.


Continuará.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sex and the City.

Nueva York con cerca de 10 millones de habitantes es la cuna de los negocios y las finanzas. Todo el mundo trapichea con algo ya sean acciones, mercaderías, sistemas piramidales, turismo, entradas para el Madison Square Garden, para los musicales, esoterismo, recogida latas para la basura, etc. Cada cual se gana la vida como buenamente puede. En Manhattan hay poca delincuencia porque es un estado policial.
Abundan los homeless en todos los parques pequeños pero se ve que son personas con problemas mentales.
Hay una serie de individuos que se dedican a hacer un tour por aquellos sitios que se utilizaron para la grabación de la serie televisiva “Sexo en Nueva York”, aparte de los lujosos hoteles y restaurantes del centro y las caras tiendas de la 5th Avenida, se utilizó una zona emergente* llamada “Meatpacking District”.
Era una zona de carga y descarga junto al muelle donde estaban las lonjas de despiece de carne y su distribución para la ciudad.
Ahora hay boutiques caras de nuevos diseñadores, restaurantes cool y dos o tres hoteles, el firme está empedrado y es agradable pasear por el lugar.
En una revista Traveler leí un artículo sobre unos famosos entre ellos Kevin Bacon que querían rehabilitar una vieja linea de tren abandonada en esta zona de la ciudad. Se hacen llamar “Los amigos de la linea alta” y este verano del 2009 han abierto al público un tramo restaurado en el que se hace obligado descansar después del paseo.
Cuando llegas al final del Meatpacking hay una escalinata que te deja accerder a esta vía elevada y contemplar desde allí el distrito.
Haces el recorrido bajando por la escalera opuesta pero tienes que volver sobre tus pasos por debajo para entrar en el Chelsea Market un bonito lugar para comprar y comer. Hacen exposiciones fotográficas interesantes.
Después de comer lo mejor es recorrer las callecitas de la zona residencial de Chelsea, alguna de ellas importante como la de Oscar Wilde y otras no tan importantes como “The muffin house” (la casa de un gran empresario de la repostería).

Hemos tenido dificultades en el metro, primero porque no llevábamos dinero exacto para coger el bono (solucionado por una amable señora mexicana) y después por el equívoco de linea (ya que por estas vías circulan tres lineas distintas), menos mal que nos hemos dado cuenta porque sino aparecemos en Queens.
¡Atención!
He visto a Obama, o por lo menos a su silueta a través del cristal superblindado. Por lo visto se dirigía a las ONU por medio de la ciudad. El despliegue lo podéis imaginar trajeados con pinganillo por todas las calles, policías con todo tipo de armas cortas y largas, motoristas, helicópteros sobrevolando el lugar, periodistas, una especie de tiendas de campaña donde pone claramente que si entras allí pierdes todos tus derechos y te pueden hacer de todo (me imagino que cachearte). El tinglado se empezó a montar un día antes.
Hartos de dar vueltas decidimos usar la boca del metro para cruzar, diez policías inspeccionando mochilas y otros enseres. Subimos al otro lado de la calle y ya se oye jaleo. Me pongo en el vallado y le pregunto a un chico si es Obama el que va a pasar y casi con lágrimas de alegría en los ojos me dice “of course, Obama”.
Empieza la cabalgata con 15 policías motorizados seguidos de un vehículo blindado con los cristales algo tintados al que la gente silva y aplaude. Cierran la comitiva tres o cuatro cochazos Cadillac y ya está. Duración segundos.
Por fin llegamos a nuestro destino de la tarde que no es otro que una famosa tienda de “cup cakes muffins” llamada Magnolia Bakery. Buenísimas.
Después recorrido de tiendas de zapatillas de deporte y cena en un japonés de la plaza Universidad.

Continuará.

lunes, 21 de septiembre de 2009

¡Viva Zapata!

El día de la independencia de México se celebra en New York con un desfile muy participativo y muy desorganizado. El NYPD (New York Police Department) hace todos los posibles para que la cosa vaya fluida pero los que tienen que desfilar no están preparados por lo que el empiece se demora (un retraso de hora y media).
Después de ver pasar a unos grupos vamos a ver la “Grand Central Terminal” (esa que sale en todas las películas americanas) y el edificio Chrisler.
La estación es muy divertida porque te encuentras personajes de todo tipo. No debe tener un uso como antaño, las partidas y llegadas son de recorridos cortos.
En la parte de la bodega hay un gran salón con infinidad de puestos de comida, mesas en conjunto y zona WiFi.
El rascacielos de chapa de coche maravilloso “Art Decó” puro y los edificios colindantes también.
Es domingo y como cualquier neoyorquino tenemos que ir a Central Park. Unas bandejitas con arroz, fideos y cerdo agridulce y a buscar un trozo de sombra para comer.
Junto al lago principal hay grupos de música, breakdancers, capoira, etc
Elegimos una colina donde una pareja hacía estiramientos y posturas de yoga y un chico subido a una roca tocaba la guitarra.
Pasamos el resto del día descubriendo los parajes de este bosque.

Continuará

Last exit to Brooklyn

Me he levantado un poco pesado, ayer seguían las fiestas de San Gennaro junto al hotel y claro...pizza, Buds y de postre cannollis de Ferrara (para morirse de buenos).
Ha salido un día espléndido y hemos decidido ver el puente de Brooklyn.
Alguien me comentaba algo del café en la calle. Pides un café latte mediano y te sacan un tanque de medio litro de leche con un ligero sabor a café protegido por un cartoncillo porque está hirviendo. Luego te pasas una horita más o menos paseando el bote por la calle y pegando pequeños sorbitos. En muchas tiendas venden unos botes especiales que se usan tanto de termo como de vaso (como esos botes de agua para bebes pero sin las asas a los lados). Creo que me compraré uno, me parece muy práctico dependiendo donde trabajes.
Llegamos al puente con el café en la mano y yo no veo la manera de sacar fotos por lo que pongo el modo “deportes” que es el que estabiliza la imagen y hago 1200 fotografías.
¡No, es broma! Hoy solo he hecho 150.
Hace bastantes años vi una peli titulada “Last exit to Brooklyn” que describía la dura vida en este barrio que era una ciudad dormitorio donde abundaba la delincuencia y la prostitución. Los habitantes del lugar se veían abocados a un destino mísero que figuradamente era Brooklyn y cualquier intento de salir del lugar era imposible.
Algo así nos ha pasado a nosotros.
En foros de viajes y comida recomendaban la mejor tarta de queso del mundo en Junior’s, los jardines botánicos de Prospect Park y una vuelta por la animada zona de Park Slope.
Nuestra intención era esa visita.
Empezamos por la zona residencial que está junto al puente, casas típicas de escaleritas de las que salen en muchas pelis. Una niña atendiendo en una esquina a posibles compradores de infinidad de objetos de casa (lámparas, ropa, cazuelas, juguetes, etc)
En Usamérica debido a la completa movilidad laboral de sus habitantes los fines de semana florecen numerosos rastrillos de este tipo porque la familia cuando marcha a otro estado lo hace solamente con el coche. En el lugar de destino adquieren objetos otra vez de la misma manera que los han adquirido sus antiguos vecinos. Práctico de veras.
Debajo del puente hay unas acogedoras playitas que hacen las delicias de los domingueros con bote de café y solcito. Dumbo es una zona emergente que todavía está muy verde.
Cogemos una avenida grande y es hora de comer. Topamos con Junior’s que además de pastelería es un bonito restaurante y bastante concurrido por clientela afroamericana oriunda del lugar.
Decidimos comer.
Yo, como siempre haciendo el ridículo. Debemos ser el único país donde la comida consta de primero, segundo y postre. Pedimos una ensalada para compartir y un plato para cada uno.
El camarero empieza a poner cosas en la mesa. Pepinillos, de acompañamiento en todos los restaurantes con la salvedad de que no son pepinillos sino pepinos encurtidos. Remolacha, panecillos dulces, mantequilla y una fuente tamaño cazuela llena de ensalada.
Los platos también llevaban su contorno de lechuga, patatas, etc.
Acabamos a reventar. El camarero nos pregunta por el dessert que amablemente rechazamos.
Nos vamos sin probar la tarta de queso.
Con le tripa llena y la modorra del medio día arrastramos nuestros cuerpos hasta la entrada de Prospect Park donde nos entretenemos con un mercado de flores y frutas. Accedemos al recinto y al ver que todo el mundo está disfrutando del césped con sus juegos de frisbi, béisbol, y los más sanos haciendo la siesta optamos por hacer lo mismo, o sea, siesta. Cuarenta minutos más tarde damos la vuelta al parque e invertimos en ello más de una hora por lo que ya no nos da tiempo de entrar al jardín botánico.
Buscamos la zona de Park Slope y nos quedamos en la 5Th donde hay infinidad de cafeterías, restaurantes, tiendas de cómics, ropa de de según da mano y cosas alternativas. El ambiente es inmejorable. Hay una cafetería llamada Gorilla (www.gorillacoffee.com) donde hacen semanas temáticas de distintos orígenes. Hacemos parada. De regreso tampoco vemos Park Slope porque nos metemos por calles de tiendas alternativas y por un barrio musulmán.
Al llegar al hotel no puedo evitar hacer con google maps el recorrido (total 25 Km).

Continuará.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Nueva York me absorbe.

Otro día sin ver los grandes reclamos de la ciudad. Tras desayunar un capuchino impresionante que ya documentaré empezamos a patear hacia el Low Manhattan, cruzamos un parque de Chinatown donde los jubilados echan sus partiditas de Mahjong y frente al City hall (ayuntamiento) unos carteles de unos almacenes me atraen irremediablemente “electronic discounts save 30%, 40% off”. Entramos, ojeamos, somos atendidos y le digo al vendedor que lo consultaré con mi pillow, nos da su tarjeta. Nos dirigimos a la “zona cero” que presenta un aspecto desolador pero que están reconstruyendo rápidamente (igual no tan rápido ya que han pasado 8 años). En un edificio colindante que ya conocíamos por las guías tiramos unas cuantas horas quemando la Visa. ¡Menudos chollazos! No es tan caro tener unos Blanik o unos Jimmy Choo, otra cosa es que te gusten. Tenemos que volver al hotel a dejar las compras y a buscar algún lugar para comer. En Little Italy es el festival de San Gennaro y abundan los puestos callejeros de salchichas (parecidas a las catalanas) aderezadas como los hot dog. En los quiosquillos solo se ven latas de Cocacola y botellas de agua le pregunto al camarero si está permitido tomar cerveza en la calle y me dice que no en todo EEUU. Dice que a la vuelta tenemos un puesto donde puedes tomar un birra mirando la fiesta. El recinto en cuestión es una terraza adaptada para el evento como si fuese una especie de establo donde los animales somos los bebedores del preciado zumo de cebada.
Disfrutamos de la fiesta viendo a los feriantes y saliendo de la pequeña Italia entramos en el mercado de los jóvenes diseñadores, estamos en NOLITA. Es una zona juvenil cargada de bares con bonitas terrazas y tiendas de diseño asequible. Entre terraza y terraza alguna galería de arte. Las fachadas de los edificios impresionantes.
Este es el país de las propinas. Situación:
18.00 nos tomamos unas coronitas en una terraza en NOLITA y nos sacan la cuenta (12$) meto el dinero en la carpetita del ticket y se lo lleva la camarera. Al momento vuelve la chica con una cara de entre digusto y preocupación y me pregunta que si nos han tratado mal o si algo no ha sido de nuestro agrado. Le digo que no y me explica el rollo de las propinas. Me disculpo aduciendo el cambio cultural y le suelto dos bucks (pavos).
En Usamérica los camareros cobran una miseria y tienen que vivir de las propinas, cosa que veo bien porque te atienden mejor y cosa que veo mal porque al empleador le salen más baratos y se genera economía sumergida. En Francia lo tienen regulado y viene en el ticket.
Me acuerdo un capítulo de “Los Soprano” donde un camarero reclamaba a uno de los mafiosos la propina de una copiosa cena (2000$) y como el cliente estaba canino hubo una trifulca con resultado de muerte.
Lo de los restaurantes ya lo sabía, pero no lo de las copas. En fin, que voy a tener que sacar las matemáticas a pasear y coger práctica haciendo el 15% a todo.
Por cierto pasé por una gasolinera y tienen el litro de gasofa a 57 céntimos de euro.

Continuará

Tomando contacto.

La gente dice que Nueva York es grande, mentira, es inmenso. Callejeando un poco hicimos unos 15 kilómetros. Te dicen que no hace falta que sepas el idioma, depende, si no tienes un nivel medio lo llevas crudo. La circulación, bien, lo normal, 70 u 80 km/h cuando hay tráfico y cuando se despeja por la noche las calles se convierten en autopistas. Los taxistas unos kamikazes y los que se tiran a coger alguno también. Este es el mundo del Iphone todo quisqui lleve uno consigo exhibiéndolo siempre que pueden.
Por lo visto aquí siempre hay una ocasión para estar en bolas. Ya sea para sacar dólares a los turistas o por la promoción de alguna marca de jeans que se ven mejor sin camiseta luciendo tableta (de esto no tengo foto porque es sexista).
La comida bien pero estresa un poco porque se hace a la carrera.
Los grandes almacenes Macys nada del otro mundo, excepto la bodega donde dan clases de cocina como si de un programa de televisión se tratase. Se me pusieron los dientes largos con una máquina que en España se vende a 450 euros y aquí a 180 euros pero claro si pienso en facturarla, comprar un transformador...
Cenar también corriendo, barrio del SOHO, son las 22.00, nos dice la chica que nos atiende que nos ponen de cenar pero que en 20 minutos cierran.

Continuará.