lunes, 14 de octubre de 2013

Girona


Trabajar más y cobrar menos. Eso es lo que me está pasando a mí este año. No hay manera de leer, escribir, u ojear blogs y páginas web interesantes. En Julio escapamos del trajín diario repartiendo los 15 días de vacaciones entre Gerona y Malta.
En Gerona ya habíamos estado en muchos pueblos costeros; Tossa de Mar, Ampuria Brava, Rosas, Cadaqués y alguno más. El interior no lo habíamos explorado hasta ahora. La segunda semana íbamos a coger un vuelo a Malta desde Gerona capital, entonces tomamos como centro neurálgico para la primera semana un hotel de esta ciudad. Desde allí, después de un buen desayuno, conducíamos a un punto u otro de la provincia y por la tarde noche volvíamos para cenar y tomar unas copas. Llevaba planeadas todas las visitas a realizar cada día, pero yendo con nuestro vehículo el improvisar fue otro aliciente más para disfrutar las vacaciones.
La primera noche en la ciudad, después del check-in del hotel, estuvimos callejeando un poco por las calles del centro y al momento nos topamos con la heladería Rocambolesc de Jordi Roca (El Celler de Can Roca). No pudimos resistirnos a tomar un helado de zanahoria con sirope de mandarina, topings de mango y almendra laminada. ¡Brutal!
Después dimos un paseo viendo el atardecer sobre los puentes del canal y tomamos unas cervezas en un pub bajo unas arcadas de una zona peatonal.
El día siguiente lo dedicamos a visitar el lago de Banyoles, Besalú y por la tarde el museo Dalí en Figueres. El pueblo de Banyoles no es nada bonito pero sólo por el lago ya merece la pena la visita. Las fotos de los embarcaderos privados, los nenúfares, los botes azules y la chiquillería disfrutando del  lugar son obligadas. Besalú es un buen sitio para pasear por sus calles, comprar algo de artesanía, comer en alguno de sus restaurantes o descubrir su variada historia medieval. Es una chorrada pero la gente va buscando las sillas apostadas en los muros de alguna callejuela. Dalí es una marca por si sóla (como ejemplo la exposición de este verano en el Reina Sofía). Sin contar con las muchas extravagancias que llenan el museo es indispensable verlo para saber porque este showman era el rey del surrealismo. Eso sí, se disfrutaría más con menos gente. Cuando marqué el itinerario del día me olvidé del Fuerte de San Ferrán que tuvimos que ver posteriormente. Es un fuerte militar en muy buen estado que ocupa casi tanto como la ciudad. La visita tiene un precio de 2 euros y te dejan una audioguía que no hay que dejar de coger. En internet pude ver que hay unas excursiones guiadas haciendo rafting por los subsuelos del fuerte que sirven de almacenamiento de agua para la ciudad. Hay que concertar cita y formar grupos de por lo menos ocho personas.
Al día siguiente tocaba playa. En las guías aparece siempre la foto de la playita de Aigua Blava en Begur. Está claro que estas fotos se hacen casi siempre en invierno o primavera porque en verano están petadas. Costaba llegar y apenas se podía aparcar, incluso en zona azul. Es pequeña. No hay más negocios  porque habría menos sitio para toallas. En verano es mejor evitarla incluso yendo en barco. Nosotros nos dimos un baño rápido y recogimos los bártulos para ir a Calella de Parafruguell. Allí estuvimos un rato en la playa y después comimos en un restaurante del grupo Tragaluz. Por la tarde, con una tormenta impresionante, estuvimos en Pals. Aparcamos el coche en una zona para residentes que estaba lo más cerca posible del núcleo histórico. Después de sacar alguna foto del pueblo bajo el cielo oscuro estuvimos encerrados en la iglesia viendo el tormentón y el granizo como pelotas de golf que me hacía sufrir por la chapa del coche. Cuando amainó dimos un paseo hasta que nos tuvimos que resguardar de nuevo en el ayuntamiento. Otro chaparrón y nos fuimos a Peratallada. ¡Menudo negocio tienen montado en el pueblo con los aparcamientos!. En cada entrada hay un aparcamiento con su gorrilla incluido que te obliga a pagar para visitarlo. Yo, mal que le pese a este ayuntamiento, me negué a pagar por estar media hora en el pueblo. Así que aparqué en una zona de “avisamos grúa”. Como no era creíble la amenaza lo dejé allí. En el centro y aun lloviendo, tomamos un café bajo unos porches de la plaza principal. Dimos una vuelta por las calles empedradas e hicimos fotos a esa casa que deja a la vista la roca sobre la que se asienta. Ya de vuelta a la capital y para terminar el día tomamos unas cervezas artesanales en la puerta de un colmado y unos pintxos en una taberna vasca.
Cuando estuvimos en Besalú, en la oficina de turismo, nos dieron información sobre la zona volcánica de la Garrocha. El centro neurálgico de la zona es Olot. El día que estuvimos se celebraba el mercado de frutas y verduras y había mucho jaleo en el bulevar. Lo más interesante para ver son sus casas modernistas y el volcán Montsacopa. Junto al cráter de este volcán está situado un viejo cementerio y una torre vigía que tiene unas buenas vistas. Al acabar el paseo  cogimos el coche para ir a Santa Pau. Un pueblo con encanto a las faldas del volcán Santa Margarida. Hay una excursión de unas tres horas al cráter y a la ermita que con tiempo nos hubiese gustado hacer pero como era tarde optamos por ir al volcán Croscat. Esta montaña es muy interesante porque fue cantera y ha quedado abierta como si de una tarta se tratase. En el corte se ven claramente los diferentes estratos de roca y lava volcánica dejando un paisaje de rojos y negros que dibujan una paleta de colores muy variada junto al azul del cielo y el verde de la vegetación.
Ya en Gerona cena en un japones junto a la ría y para postre de nuevo Rocambolesc donde comimos un panet, un invento de Jordi Roca que consiste en un sándwich caliente de helado (por supuesto, frío). El helado de manzana asada  con sus topings le iba muy bien. Como bien decía el dependiente es una merienda ideal aparte de un postre.
En estos días disfrutamos también de las playas de Palamós, Rosas y sant Pere Pescador. De interior, además de los dichos, estuvimos en Beuda, Ullastret, Canapost y Castellfollit de la Roca. El abanico de sitios para ver es muy grande en la provincia y se hubiese necesitado más tiempo para ello. Por lo tanto, han quedado cosas pendientes para repetir el destino.