lunes, 16 de noviembre de 2009

S.A.D.A.E.


De todos es sabido la característica unifuncional del macho de la especie humana. Para el sexo opuesto más que una característica es un problema que genera conflictos a la hora de la convivencia.
Hay muchos hombres que viendo peligrar su relación hacen todos los posibles para forzar su naturaleza y así dejar clara su valía.
Esto es peligroso porque puede derivar en un caso clínico de SADAE.


Me han diagnosticado que padezco SADAE (Síndrome de Atención Deficiente Activado por la Edad) Se manifiesta así:
Decido lavar el coche. Al ir hacia el garaje, veo que hay correo en la mesita de la entrada. Decido echar un vistazo a las cartas antes de lavar el coche. Dejo las llaves del coche en la mesita, voy a tirar los sobres vacíos y los anuncios en el cubo de la basura y me doy cuenta de que esta lleno. Decido dejar las cartas, entre las que hay una factura, en la mesita y llevar el cubo a vaciar en el contenedor. Entonces pienso que, ya que voy al contenedor, puedo pagar la factura con un cheque y echarlo en el buzón que esta al lado del contenedor. Saco del bolsillo el talonario de cheques y veo que solo queda uno. Voy al despacho a buscar otro talonario y encuentro sobre la mesa la Coca Cola que me estaba bebiendo y se me había quedado olvidada. Retiro la lata para que no se vierta sobre los papeles y noto que se esta calentando, por lo que Decido llevarla a la nevera. Al ir hacia la cocina me fijo en que el jarrón de flores de la cómoda de la entrada esta sin agua. Dejo la Coca Cola sobre la cómoda y descubro las gafas de cerca que he estado buscando toda la mañana. Decido llevarlas a mi escritorio en el despacho y, después, poner agua a las flores. Llevo las gafas al despacho, lleno una jarra de agua en la cocina y, de repente, veo el mando del televisor. Alguien se lo ha dejado en la mesa de la cocina. Me acuerdo de que anoche lo estuvimos buscando como locos: Decido llevarlo al salón, donde debe estar, en cuanto ponga el agua a las flores. Echo un poquito de agua a las flores y la mayor parte se derrama por el suelo. Por lo tanto vuelvo a la cocina, dejo el mando sobre la mesa y cojo unos trapos para secar el agua. Voy hacia el hall tratando de recordar que es lo que quería hacer con estos trapos…
Al final de la tarde el coche sigue sin lavar, no he pagado la factura, el cubo de la basura esta lleno, hay una lata de Coca Cola caliente en la cómoda, las flores siguen sin agua, sigue habiendo un solo cheque en mi talonario, no consigo encontrar el mando de la tele ni mis gafas de cerca, hay una fea mancha en el parquet de la entrada y no tengo ni idea de donde están las llaves del coche. Me quedo pensando como puede ser que sin haber hecho nada en toda la tarde haya estado todo el rato danzando y me encuentre tan cansado.

Conclusión: no fuerces las leyes de la naturaleza ¡sé un hombre!

sábado, 7 de noviembre de 2009

Tokio blues Norwegian Wood, Haruki Murakami

Después del comentario de “Chuikov” y viendo el lugar destacado que dedica “Música” a este libro he decidido leerlo y lo he disfrutado.
Es una novela costumbrista juvenil que gusta mucho a las mujeres por su carácter romántico en el sentido literario de la palabra. Romanticismo del siglo XXI con todos sus elementos (amor, odio, celos, sexo, suicidio, etc)
Es un relato de iniciación. El protagonista se hace adulto por los acontecimientos. Empieza recordando sus días de universidad y sus primeros trabajos remunerados.
El autor refleja una cultura nipona muy parecida a la europea. Se bebe en la calle, se fuma en los locales de copas (aquí le queda un telediario), se vive el sexo con naturalidad y sin injerencias religiosas...
Hay un toque biográfico que me gusta en especial, la descripción de la tienda donde trabaja.
He visto unos cuantos guiños al séptimo arte incluyendo alguna frase que creo haber oído en alguna película.
Su afición por la música queda patente en la elección del título.

Recomendable