viernes, 30 de abril de 2010

Invisible, Paul Auster

El último libro de Auster más que una historia es un ejercicio lingüístico donde maneja tiempos verbales y personas narrativas a su antojo para formar un relato carente de chicha. Él aparece como personaje resolutivo que trata de redondear una trama que no es tan trama.

Al igual que en “El libro de las ilusiones” crea un personaje fantasma (Born) que es un misterio y que al final es un fraude para el lector. Otro aspecto que integra en casi todos sus trabajos es el anhelo por personas desaparecidas que imprimen en los protagonistas un carácter melancólico e intimista.

Avanzas en la lectura buscando un desenlace para el protagonista y te encuentras con que el final hace referencia al personaje secundario.

Sin desvelar nada de la trama y por si alguien lo ha leído ya, me gustaría saber porque el personaje de Adam acaba teniendo una hijastra afroamericana apellidada Williams.

Hay un párrafo en la página 239 que es muy bueno”…París sí es parís, sólo parís es real.”

Este libro no es recomendable para los que no hayan leído nada de Auster. Hay otros menos liosos y más amenos.

lunes, 26 de abril de 2010

La que se avecina

El otro día comenté en el blog de Lakacerola que había leído una noticia sobre reuniones secretas de organizaciones empresariales y emisarios gubernamentales de distintos países para cerrar el grifo de internet.
Estas organizaciones empresariales quieren imponer a todos los países, sin excepciones, una ley con la que denunciar tanto a operadoras y usuarios de p2p y otros sistemas de intercambio de archivos.
El engendro se llama A.C.T.A. y en este caso no está pergeñado por las sociedades de autores.
La propuesta más graciosa es la de obligar a los aduaneros a requisar todos aquellos aparatos susceptibles de almacenar archivos que vulneren los derechos de la propiedad intelectual como pueden ser laptops, ipods, teléfonos, tarjetas de memoria de las cámaras, etc. Siempre prevaleciendo la presunción de culpabilidad.
No entiendo el porqué de estas reuniones. Me ha parecido leer que se ha pedido explicaciones a un delegado europeo por asistir a esos actos del A.C.T.A.
Enrique Dans escribió sobre este tema allá por Febrero pero parece una cosa tan increíble que lees la noticia por encima como si se tratase de un cuento infantil.
Aquí dejo los enlaces del blog de Enrique Dans y del elconfidencial.
ACTA/enriquedans
ACTA/elconfidencial
Y hablando de empresas ¿sabíais que Telefónica en Agosto pasa a llamarse Movistar?

domingo, 18 de abril de 2010

Tarta de limón, té Matcha y chocolate con mojito dos texturas.

La semana pasada salió una entrevista de Ferrán Adriá en la que aseguraba que el Bulli cada año perdía aproximadamente medio millón de euros. Yo me lo creo a pies juntillas. Para la receta que pongo a continuación se utiliza un sifón "Gourmet Whip, iSi" patente de Adriá que sirve para hacer espumas calientes y frías. En un documental sobre el restaurante Mugaritz (cuarto mejor del mundo) el chef (discípulo de Adriá) explicaba que había muchos platos que el coste de mano de obra era bastante mayor que otros típicos como caviar, langosta, etc y el precio al cliente era ajustado.
Todo este rollo es para dejar claro que esta es una recete de esas que se hace sólo una vez. Por lo menos en nuestro caso. Por costar, me ha costado hasta estructurar esta receta que, aunque la sacamos de alguna web, variamos algún paso. La guarnición a base del mojito dos texturas es patente nuestra.

Bizcocho de té Matcha:
160 gr. harina de almendras
110 gr. azúcar
40 gr. harina
15 gr. té Matcha
4 huevos
55 gr. azúcar
30 gr. mantequilla

Elaboración:
Mezclamos la harina de almendra, los 110 gr. de azúcar, la harina, el té Matcha y los cuatro huevos. Por otro lado batimos a punto de nieve las cuatro claras y los 55 gr. de azúcar y lo mezclamos con la mantequilla a punto de pomada. Esto último lo añadimos a la primera mezcla. Lo extendemos en una bandeja y lo horneamos entre 10 ó 12 minutos a 190º.

Crema de mantequilla de limón:
60 gr. de claras de huevo
120 gr. azúcar
180 gr. mantequilla
25 gr. de zumo de limón
¼ de cucharadita de aceite de limón

Elaboración:

Batir las claras de huevo y el azúcar al baño maría hasta que se noten calientes. Pasar a otro recipiente y seguir batiendo hasta que el recipiente se enfríe (de 3 a 5 minutos). Agregar la mantequilla blanda poco a poco. Añadir zumo de limón y aceite y batir hasta que se incorpore toda la mezcla.

Ganache de chocolate:
170 gr. de chocolate amargo (58% cacao)
170 gr. de nata

Elaboración:
Hervir la nata y echar el chocolate troceado. Remover hasta completa mezcla.

Jarabe de limón:
100 ml. agua
100 gr. azúcar
1 cucharadita de aceite de limón

Hervir el agua y el azúcar y añadir el aceite de limón.

Glaseado de chocolate:
110 gr. de chocolate amargo
110 gr. de chocolate de cobertura
35 gr. de aceite vegetal
Derretir todo.

Montaje

El bizcocho de Matcha se corta en tres tiras. Sin despegar el papel de horno se extiende sobre el bizcocho una capa muy fina de glaseado de chocolate y se deja enfriar. Cuando está frío se le da la vuelta sobre una fuente y quitamos el papel del bizcocho, lo empapamos de jarabe y encima se extiende una capa de la crema de mantequilla de limón. Sobre la crema de limón se extiende una capa de ganache de chocolate. Ponemos otra capa de bizcocho y repetimos dos veces el mismo orden. Congelamos una hora o dos para recortar los bordes y listo.

Mojito dos texturas
Espuma de mojito

150 gr. de claras de huevo
130 gr. de zumo de limón natural
70 gr. de Ron blanco
70 gr. de azúcar
70 gr. de agua mineral
Sifón de medio litro
1 cápsula de gas


Elaboración:
Mezclar el agua con el azúcar y llevarlo a ebullición. Retirar, dejar enfriar y guardar en el frigorífico. Romper las claras con unas varillas. Añadir el resto de ingredientes incluido el jarabe del frigo. Colar, llenar el sifón, enroscar la cápsula y agitar. Retirar la cápsula, colocar el embellecedor y dejar reposar en el frigorífico.

Gelatina de mojito

Hacemos un mojito con menta, limón, azúcar, ron, agua mineral y angostura. Colamos en un cazo y calentándolo le añadimos dos hojas de gelatina neutra. Lo echamos a una fuente y lo metemos a enfriar en el frigorífico.

Emplatado

Dibujamos unas rayas de chocolate en el plato colocamos un trozo de tarta y ponemos a su lado unos daditos de gelatina de mojito y con el sifón una nube de mojito.

domingo, 4 de abril de 2010

Tercer día en Oporto.

Nuestro tercer día en Oporto ha sido más fructífero. Hemos conseguido comprar unos billetes de metro que no es tal (hace todo el recorrido por la superficie). Hemos paseado, disfrutado de un bonito sol y una fresca serveisa contemplando el mar y a los surferos.
La vuelta de la playa ha sido en un viejo tranvía. La comida, en la cafetería de las tartas que comenté ayer. Sobremesa de capoira en el malecón. Nueva visita a otras bodegas de vinho du Porto. Visita al museo del transporte. Subida al Palacio de Cristal. Para terminar una sabrosa cena en un muy buen restaurante de Porto que encontramos por casualidad.
Lo curioso del día:
En una de las estaciones del metro más importantes de Oporto solo hay una máquina expendedora de billetes que nadie sabe manejar. La cola puede ser eterna.
En la cafetería de las tartas además sirven comidas y por 10 € comes mejor que en los chiringuitos de turistas. Se
llama “Casal” y está en Avenida dos Aliados, 42-45
Todas las bodegas de Oporto te sueltan el mismo rollo de cómo se hace un vino que en España casi siempre se usa para cocinar. Las barricas las reutilizan para dar color al whisky escocés y que la clasificación de los caldos se hace más por un tema comercial que por uno de calidad.
Resguardándonos de la lluvia hemos dado con un restaurante llamado "c3 três c", Rua Cândido dos Reis nº18, junto a la librería Lello, que merece el calificativo de restaurante. Los platos son muy elaborados y puede estar entre los mejores de muchas ciudades. Lo dicho, el vino de Oporto, para una buena salsa. El emplatado con volumen y color. El ambiente, luz tenue con velas pero sin exagerar y música de jazz muy bien elegida.

sábado, 3 de abril de 2010

Saludos desde Oporto


Llevo unos días en la desembocadura del Duero haciendo penitencia durante esta Semana Santa. En el trayecto el GPS nos perdió en un pueblecito de montaña. Tras solventar el problema reconoció las calles de la ciudad y pude alcanzar la meta. Un “gorrilla” me indicó para aparcar en el mejor sitio posible y yo amablemente le di un obrigado pero ni un chavo. Al querer hacer el check-in tuvimos que esperar un buen rato porque no nos habían asignado habitación.

La reserva estaba hecha pero el sistema informático no tenía constancia de ello. Después de ver como tres recepcionistas se pegaban con la fotocopiadora para copiar los DNI y trapichear datos entre dos terminales, nos asignaron la habitación.

Cuando abrimos la puerta un fuerte olor a tabaco nos hizo bajar de nuevo a recepción para quejarnos del problema, habíamos reservado una habitación de no fumadores. Nos dijeron que era de no fumadores, que toda esa planta era de no fumadores.

- Pues, los anteriores han fumado y mucho.

- Ya vamos a intentar solucionarlo. ¿Van a salir ustedes?

- Si, por supuesto.

- Entonces déjenme su tarjeta y cuando vuelvan les damos la habitación.

- Obrigado.

En mi vida he visto tantos turistas españoles juntos. Por las empedradas y empinadas calles se ven grupitos que van corriendo de un sitio a otro para aprovechar cada segundo y no perderse nada de esta ciudad. Si te lo montas bien se ve en una mañana, pero la gente quiere ver más de lo que hay. La noche en el puerto muy bonita y agradable. La gastronomía de los chiringuitos de turistas patética. Hay unas cosas llamadas francesinhas que tienen una pinta asquerosa (unos panes de molde bañados en queso y mayonesa de yema rellenos de carne variada). En un bar de copas pedí una pinta de serveisa y la palabra pinta en portugués no debe ser lo mismo porque me sirvieron una clara.

Al volver al hotel ya teníamos donde dormir.

Al día siguiente fuimos a una de las bodegas del otro lado del río. Después de la visita guiada tenías una degustación de dos vinos de Oporto que no eran nada apreciados porque la gente no se los bebía. Nosotros, por supuesto que sí.

En la avenida de los Aliados, cerca del ayuntamiento, encontramos una preciosa cafetería en la que hacían unas tartas impresionantes que no pudimos catar porque estaba a rebosar.

En la parte alta del casco antiguo hay una librería llamada Lello que mantiene su decoración original de estanterías de madera repujadas, artesonado policromado y escalinata central que merece la pena ver aunque no compres libros. La vimos muy rápidamente porque me causaba una vergüenza ajena ver a las hordas de visitantes cámara en mano, estorbando a los posibles clientes, haciendo una mierda de fotos que ni ellos van a volver a ver.

Mañana, si el tiempo lo permite iremos de paseo a la playa de Matosinhos.