martes, 29 de julio de 2014

El mapa y el territorio, Michel Houellebecq

Después de "Las partículas elementales" tomé a este autor por, si no el mejor, uno de los mejores del panorama actual. Michel cuenta historias con personajes variados. Nos hace ver un poco de la sociedad francesa. Nos deja ver, aunque él diga que no, su preparación para desarrollar un tema. Aunque algunos párrafos sean un poco tediosos los lees para llegar a lo que quiere contar, que al final es interesante. El título, además de servir para desarrollar el tema de la primera parte en el que el protagonista se dedica a hacer fotos de los mapas Michelín, sirve de imagen de la policiaca tercera parte. Como dice en el principio del texto,¿qué es más importante, el mapa o el territorio (el terreno real). Viendo el mapa tenemos una conciencia de omnipotencia, recorremos todo con nuestra vista y nuestra mente, no es una imagen tridimensional limitada. El territorio muchas veces incluso decepciona. Vemos una gran explanada en el mapa como epicentro de serpenteantes carreteras que luego resulta ser un apestoso vertedero. ¿Quién no ha jugado mil veces con el maps arrastrando el ratón recorriendo ciudades y países hasta dar con nombres curiosos o formas curiosas que nos distraen de nuestra tediosa vida?
Hace poco vi la película "La vida secreta de Walter Mitty" en la que el protagonista vivía las aventuras a través de una revista y no por él mismo. Después de un gran trauma descubre que hay que salir a vivir la vida en la realidad aunque ello cueste sacrificios.
Houellebecq juega con este tema y con su persona. Su morbosidad llega hasta un entierro donde se ha tenido que recomponer al finado como sí de un puzzle de 10.000 piezas se tratara.
El sexo en Francia siempre es diferente, o por lo menos eso es lo el autor da a entender en sus libros. Sus parejas nunca se juntan por el sexo. Eso es una necesidad animal primaria que se satisface de cualquier forma.
Sexo, descanso y comida nunca faltan en sus libros. De aquí he sacado dos recetas que me he molestado en hacer a ver que tal. Una el gazpacho de rúcula y otra apio rallado con salsa remoulade. Las dos muy frescas para estas fechas.
Lo bueno de este autor es que siempre se conocen sitios nuevos y curiosos. En "Las partículas..." Cap D'agde (cuna europea de los intercambios de pareja) y en este "Dignitas" (una empresa de Zurich que se dedica a aplicar a eutanasia con dignidad). En la ficción el autor coloca en la misma calle de este vertedero humano un gran puticlub que no se sí será real pero que no sería nada de extrañar por eso de las últimas voluntades.
Por estas pequeñas cosas, por su mini novela negra de la tercera parte y por su buena prosa es un libro muy recomendable.

domingo, 27 de julio de 2014

Hobbes llevaba razón

"El hombre es un lobo para el hombre" y en esos momentos en los que desaparece todo tipo de reglas que nos ayudan a convivir y proteger a los débiles (conflictos bélicos) aparece el esperpento en forma de violaciones, pillajes y asesinatos llevados a cabo bajo la confusión de la guerra. Es cierto que los civiles pasan penurias por culpa de sus mandatarios que les engañan con falsas promesas. Pero lo que he leído hoy en las noticias de que han usado tarjetas de crédito del avión siniestrado de Malasya Airlines para comprar en Ucrania hace más referencia a esa frase del célebre pensador que a necesidades primarias de gente con una mínima educación.
Y aparte de esta reflexión ¿cómo es posible, en Europa, después de Hittler, que se den estos problemas? Muchos alemanes también se hicieron esa pregunta en la II Guerra Mundial. ¿Porqué un país, cuna de la filosofía moderna, llevó a cabo semejante atrocidad?
Antropológicamente la respuesta es clara, la necesidad de poder y dinero ante un mundo capitalista que educa a sus individuos para la consecución de ese fin.
Te enseñan desde niño a formarte para ser el mejor, el más alto, el más rápido, el más fuerte y el más listo. Con ello llegarás a tener el que más dinero y con ello hacer de tu capa un sayo sin importarte el prójimo al que has avasallado para conseguir tus metas.
Hay un psicólogo, Javier Urra de Estella, que dice que lo que ha de hacer el educando es formarse para mejorar y no para ser el mejor. Ya que la excelencia es una valoración variable que no va ligada para nada con el dinero y el poder.