domingo, 30 de octubre de 2011

Hollywood, Charles Bukowski

Cuando Chinaski escribió este libro ya no era el borracho que había logrado tambalear los círculos literarios americanos con su escritura sencilla, llana y directa además de irreverente, guarra y barriobajera.
Viviendo en California era raro que nadie le ofreciese escribir un guión para una película.
En 1987 se estrenó "Barfly" con Mickey Rourke y Faye Dunaway. El guión de Charles Bukowski. La sinopsis vida del joven borracho Hank Chinaski.
En 1989 el escritor edita un libro titulado "Hollywood" en el que describe muy fielmente el inicio del proyecto de guión y el "The End" de la noche de estreno. Al igual que la película de Robert de Niro "Algo pasa en Hollywood", el escritor descubre los intestinos de una industria que mide más el beneficio que el arte.
Bukowski relata lo sucedido desde un punto de vista ajeno a este mundo. Los lectores son acompañantes en las andaduras de Hank por despachos, estudios y salas de proyección. Como no podía ser de otra forma inserta dudosas teorías ganadoras para conseguir un montón de pasta en los hipódromos.
Hay una escena con una sierra caladora utilizada por el productor que debe ser bastante verídica.
En el libro cambia el título de la película por "El baile de Jim Beam" y también inventa el resto de nombres.
No he visto la película, pero ahora, gracias a internet podré hacerlo.
Me acuerdo de un capítulo de los Simpson's en el que hay un concurso de cine en Springfield y es ganado por Barney el borracho con un corto intimista. Esta película no debe ser muy diferente pero todo el mundo quiere verla por la atracción que genera este escritor maldito.

martes, 18 de octubre de 2011

La capital de Europa


Bruselas me ha parecido una ciudad bastante fea con cantidad de monumentos espectaculares. El hotel estaba a 200 metros de la catedral y es con lo que
iniciamos nuestra visita.
Es una catedral gótica con bonitas vidrieras dedicada al arcangel San Miguel (el matadragones) y a Santa Gúdula. Lo más llamativo y por lo que merece la pena entrar es por el impresionante púlpito tallado en madera oscura. La precisión de los detalles y el tamaño hacen darse cuenta de los grandes artesanos que han pasado por este mundo.
Al salir nos dirigimos por una gran avenida hacia una zona de negocios con grandes rascacielos.

Por el camino pudimos ver el monumento a los caídos en las dos grandes guerras y cantidad de edificios que fueron señoriales en sus días y en la actualidad están que se caen.
Fuimos a parar al jardín botánico, un sitio poco cuidado y lleno de indigentes, borrachos y truhanes. Siguiendo la calle para ver una bonita iglesia con grandes cúpulas aparecimos en un gueto musulmán donde había muchos grupitos de machos araganes que miraban extrañados a las mujeres que pasaban sin velo. Después he sabido que el 17% de la población de Bruselas practica el Islam.
La tarde nos la tomamos de relax yendo de tiendas, comiendo gofres que sólo allí saben hacer y tomando unas cervecitas en una cervecería llamada "A la muerte súbita" que tiene más fama de la que se merece.El día siguiente fue de un ajetreo total recorriendo todos los lugares típicos. La Grand Place, La plaza de los museos, Notre Dame du Sablón, barrio Art Noveau junto a la Casa Horta, Manaken Pis (niño meón), Palacio de Justicia, Atomium, el Chueca Bruselés, etc.
Lo mejor vino al terminar el día. Vimos unos carteles bastante toscos que te invitaban a tomar unas cervezas en el Teatro Real Tooné. El callejón no llegaba al metro de anchura y era oscuro. Se accedía a un patio de luces donde dos tipos fumaban sus cigarros mientras comían pequeños taquitos de queso. El mobiliario estaba destartalado y daba grima.
Al ver que en el local había jaleo entramos sin miedo y vimos que era un sitio muy acogedor con distintas dependencias todas llenas de cuadrillas disfrutando de sus cervezas. Nos hicimos con una mesa debajo de una réplica del meón y pedimos unas tripel y unos platos de cheese a lo que el camarero replicó con un fromage que se hundía en su garganta.Todas las paredes estaban llenas de marionetas antiquísimas y viejos carteles que anunciaban novedosas obras en el pequeño teatro. Había fotos en las que aparecía repetidamente un señor vestido con traje y visera a cuadros. Debía ser el Sr. Tooné, el mismo que había visto comiendo fromage en el patio y dándose una vuelta de vez en cuando entre las distintas habitaciones.Saludaba a la gente que esperaba de pie entre las mesas.
Yo, que no me entero de la misa la media, pensaba que estaban esperando para coger una mesa pero al ver que el aforo aumentaba miré en un libreto y deduje del texto en francés que en esos momentos iba a comenzar una representación.
Me gustó estar en ese garito y eso queda en mi banco de memoria.






domingo, 16 de octubre de 2011

Brujas


Después del mundo de la maría pasamos al mundo de la cerveza y el chocolate.
Al igual que Amsterdam, las calles de Brujas están cortadas por canales y puentes (de ahí su nombre).
En el siglo XII fue un importante centro de negocios de la lana. Ahora su puerto es el segundo en importancia de Bélgica. Lo que es el centro histórico, la Plaza Markt, está plagada de turistas y calesas “limpias” (los caballos llevan pañales). Es una ciudad completamente empedrada y muy tranquila para pasear, sobre todo en estas fechas. A las personas mayores este lugar les gusta más que el trajín de Amsterdam.
Hay impresionantes edificios neogóticos y otros posteriores que hacen de sus plazas unos conjuntos arquitectónicos coherentes y le dan uniformidad a toda la ciudad.
Esto es una de las cosas que me enferma de la urbanización española.
Los amantes de la espumosa no pueden morir sin visitar esta ciudad. Hay una fábrica abierta al público con restaurante llamada “De Halfe Maan” (La media luna). Tiene muy buena pinta pero después de haber hecho la de Heinneken dejamos esta para futuras visitas. Los pubs y cervecerías están en una continua competición por ser el sitio con la carta de cervezas más amplia de Bélgica. Muchos dicen que las tienen pero, en vez de 300 tienen realmente 150.
Había uno llamado Cambrinus (con una comida estupenda) que tenía 450 y su carta era como el Libro Gordo de Petete. Por la noche estuvimos en un local del siglo XVII que lo nombran en muchas guías de viajes. Para encontrarlo está difícil pero una vez descubierto te das cuenta de que ha merecido la pena. El ambiente era muy bueno, los trabajadores entendían mucho de cerveza y los precios eran razonables. Yo casi siempre pedía una tripel (triple fermentación) y me gustaban casi todas las marcas. Un éxito total. Recomendable para todos. Abstenerse familias con niños.
El chocolate es otra de las grandes industrias de Bélgica. No verás una calle de Brujas , con locales comerciales, que no tenga una bombonería, chocolatería o taller artesano del cacao. Como estás rodeado de ellas no te queda más remedio que caer en la tentación.
Aparte de plazas, museos, ayuntamiento y parques públicos había un recinto monacal “el beguinario” que me gustó bastante por su quietud e historia.
Era el lugar al que se retiraban las mujeres que habían dejado de tener familia conviviendo unas con otras pero que podían abandonar en caso de que su situación cambiase.
En un parque en las afueras había seis o siete molinos holandeses descomunales que me mataron el gusanillo de no haberlos visto en Holanda.
Me he quedado con las ganas de pasar un par de días más aquí. Iba un poco reticente porque hace unos años vi una película titulada “Perdidos en Brujas” de Colin Farrell que ponía a la ciudad como un sitio aburrido y ñoño. Pero exceptuando el tema de horarios, contagiado por Francia, lo demás ha sido estupendo
.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Atracciones, museos y callejeo.

La lista de museos en Amsterdam es bastante ámplia y nuestro tiempo bastante limitado. Visitamos el Rijsmuseum con bastantes obras de Rembrant y el Van Gogh con obras del amigo Vincent y sus musas.
El museo de diamantes era un taller donde pulían y engarzaban diamantes que ponían a la venta en su exposición. Había una sala outlet al 50%. Unos pendientes en vez de costar 22.000€ los podías comprar por el módico precio de 11.000€. Vamos, un chollo para aquellos a los que les guste comprar la materia más cara e inútil del planeta.En el Heritage estaba Rubens pero pasamos del tema.

Preferimos ir de tienda en tienda, comer unos perritos, ver flores, jugar un ajedrez gigante e intentar no mojarnos mucho con la lluvia tocacojones.
Siguiendo los consejos de un blog hicimos la visita a la antigua fábrica de cerveza de Heinneken. Según el escritor era mejor que la de Guinness en Dublín.

El tipo decía que era un precio razonable teniendo en cuenta que te bebías tres cervezas y te llevabas un
regalo a la salida. Lo de tres cervezas es un tongo porque en España eso se llama corto o zurito. De regalo ni hablar. Te sacan directo a la tienda para que gastes tus ahorros haciéndoles publicidad. En las salas había carteles explicando la historia de la marca, máquinas interactivas para jugar y poco más. Yo por no tirar el dinero me hice fotos haciendo un poco el bobo. Con lo que gozamos fue con los mercadillos.
Enfrente de la casa de Anna Frank había un par de ellos donde almorzabas con quesos, panes, salchichas, pescado frito y muchas cosas más que ibas comprando en los distintos puestos.
El de la plaza Waterloo era un mercadillo muy variopinto. Objetos militares, cuadros, antigüedades, y un sin fin de zarrias en las que rebuscar.



Después de cinco días respirando cannabis partimos para Brujas en tren con transbordo en Amberes.

martes, 11 de octubre de 2011

Bicicletas, casas-barco y arquitectura oscilante.



El medio de locomoción preferido en la ciudad es la bicicleta y sus hermanas transgénicas. Con ellas transportas niños, perros, flores, etc.

Estoy seguro que muchas de las bicicletas candadas a los puentes no pertenecen a nadie. Los ciclistas son un peligro para los peatones. Según los lugareños eso es debido a que muchos turistas alquilan bicis y se hacen la picha un lío al circular por sus calles.

Eso es incierto porque ellos también van como se les pone.El uso de sus canales es un valor añadido para visitar esta maravillosa ciudad. Por un lado puedes hacer un viaje en sus largas barcazas de turistas y por otro puedes admirar un estilo de vida chic en unas preciosas casas barco de gran tamaño. Dimos un paseo por el rio Amstel hasta la torre Rembrant y pudimos disfrutar de sus
puentes, edificios, casas barco, etc.
El recorrido se sale de las guías turísticas y para algunos incluso es más placentero que los porritos y el libertinaje. Por esta zona las casas flotantes y los edificios ribereños son perfectos.

Sus grandes ventanales delatan la
falta de luz del país pero hacen que sus fachadas sean alargadas y señoriales. La burguesía de esta ciudad hizo de sus casas un emblema de su poderío económico y esto ha perdurado en el tiempo.


La zona de Joordan pasó de ser una zona de gremios a una zona de gente bohemia.
Ahora puedes ver desayunando en su cocina a lugareños que tienen un
concepto de la privacidad muy abierto. En el casco antiguo, "barrio rojo" y aledaños, las casas parece que se caen pero en realidad es que están construidas sin plomada. Las puertas y ventanas se adaptan a las postura de la fachada.

lunes, 10 de octubre de 2011

La capital del vicio

Lo primero a tener en cuenta al llegar a Amsterdam es que los bicicleteros son unos kamikazes y van a por ti.
La cara de felicidad de la gente que pasea por sus calles y canales sin duda es debida a que eres turista, estás de vacaciones, te has tomado unas pintas y si no te has fumado unos porros por lo menos has inhalado el humo

de los que si lo han hecho. Este es el paraiso de los fumetas. Es su parque temático. Los coffee-shops son lugares variopintos en los que adormilarse y echarse unas risas mirando el efecto de la marihuana en los demás. Son legales mientras no vendan más de cinco grs. por persona y no tengan en el local más de medio kilo. El sexo aquí también es libre. Hay muchos sexshops, locales gays, espectáculos porno y por supuesto las famosas prostitutas de los escaparates del "Red light district".El barrio está a reventar de turistas, chulos, camellos y demás ralea. Me parece un modelo muy bueno para exportarlo al Raval de Barcelona. Matarían dos pájaros de un tiro, quitaban a las meretrices de la calle y fomentarían el turismo sexual por la noche en el barrio chino. ¿Porqué cuando la peña viene a Holanda se desinhibe y pierde la vergüenza para ir de putas y entrar en sexshops? ¿Acaso no existen esos mismos negocios en sus países?


viernes, 7 de octubre de 2011

XXX



Me fastidia dejar dinero a gente que cada día me trata peor, pero, he vuelto a caer en las redes irlandesas del señor O’Leary. Estoy pasando unos
días en Países Bajos. El aeropuerto de destino era Eindhoven, donde el PSV. A esas horas no había autobuses que te llevasen directos a Amsterdam. La solución la encontré en un blog. Primero una lanzadera de
bus a la estación central de Eindhoven y después tren hasta la estación central de Amsterdam. Todo fácil si hubiese tenido en cuenta todas las indicaciones del blog incluida la de llevar cambios para las máquinas de los tickets.
Había un chico que se ofrecía a llevarte por 10 euros cuando el billete de la máquina costaba 10,40. Pensaba que el individuo había robado los tickets o algo parecido. No entendía su busyness y me sonaba a tongo.
Lo rechacé amablemente mientras tecleaba mi petición a la máquina y cuando ya conseguí meter todos los datos no encontraba ninguna ranura para el papel moneda. Había para monedas y para unas tarjetas especiales de la empresa de trenes pero ninguna para billetes.

El tiempo se agotaba y el tren para nuestro destino iba a salir. Hablamos con el tipo de la camiseta “train to Amsterdam 10€” y le dijimos que nos enseñase los billetes. Eran una especie de bonometros de precarga que él se encargaría de fichar en caso de que llegase el revisor. Aceptamos aportar algo a la economía sumergida del sumergido país y hacernos amigos de esos chicos.
Tirándonos de la lengua un poco nos sonsacaron nuestra salida de la ciudad y su posible futuro negocio. Nos dio su número de teléfono para contactar el último día. Ya veremos lo que hacemos.
El hotel como no podía ser de otra manera tiene vistas a escaparates de pilinguis y lo pillamos con gusto. Tengo que investigar lo de las tres x de la bandera de Amsterdam. Me imagino que por aquel entonces no había métodos de clasificación como los del cine. De todas formas si hubiese que calificar a este conjunto de casas bonitas y canales muchos dirían sin duda que es una ciudad xxx.
Por cierto, ya se que soy un poquito cabrón, pero en la foto en la que estoy sentado en la “a” estaba pensando que si se caía el que estaba subido en la “t” la foto quedaría mucho mejor.

lunes, 3 de octubre de 2011

Zombie Gordo


Aunque estas aplicaciones no
son muy útiles, a la peña le molan
mucho. Todo aquel que se agencia un teléfono con MacOS o Android instala estas chorraditas para jugar un poquito con el personal.
Una de ellas (ZombieBooth) te convierte en un protagonista de "Walking dead" que no sólo te mete miedo. Lo tocas con el dedo y te muerde. El otro (FatBooth) te convierte en protagonista de "Super size me" pero más que engordar por haber comido hamburguesas parece que te hayas comido al mismísimo Ronald McDonald.