domingo, 23 de diciembre de 2012

Adiós frío.



Si hay una cosa que no aguanto del invierno es la ausencia de calor. Mi piso tiene una zona que da al Norte y otra al Sur. Esta última no está afectada por el frío pero la primera sí. La diferencia estaba en casi cinco grados centígrados. Lo que da al lado Norte es el salón abierto al pasillo. Esa diferencia de temperatura significaba que si en las habitaciones me levantaba el pasado invierno con 15°C,  en el salón había 10°. Vamos casi como en la nevera. Aparte, ese frío se transmitía por el resto del piso y la mala gestión de una calefacción central hacía el resto.
Decidí que este año no me iba a pasar y estuve presupuestando soluciones.
Me acuerdo de una anécdota ocurrida a mi hermano pequeño en gabacholandia. El pobrecito adolescente y sus amigos tuvieron que dormir en la calle con un frío del carajo porque los del hotel no entendían que estos chiquillos de 18 años estuviesen de marcha hasta las cuatro de la mañana. ¡Hacía frío de cojones!. Solución meterse papel de periódico entre la ropa y esperar el amanecer. Bueno, a lo mío. Debido al fallecimiento de mi albañil multiusos de confianza la cosa se ha ido retrasando y me han pillado las Navidades. Empecé hace doce días cambiando las ventanas de PVC que tenía por otras con "rotura de puente térmico", mola el término. Son como unas ventanas dobles unidas por una goma de dos centímetros que hacen de aislante. Los cristales ,termoaislantes, que no dejan escapar el calor.
Segundo paso, al ser el último piso también debía aislar el techo, solución bajarlo con pladur y un estrusionado de cinco centímetros. Me quedaban las paredes. Aquí es donde viene a cuento la anécdota de mi hermano en París. Una empresa me habló de inyectar la cámara de las paredes con celulosa en polvo. Miramos el tamaño de las cámaras entre tabiques y decidimos hacerlo. El viernes me fui a trabajar a las ocho y a eso de las once llamé para ver que tal iba la cosa. Lo primero que me dijeron: "_¿te acuerdas que te dijeron que los agujeros para inyectar eran como una pelota de golf?_ Sí, me acuerdo.  _ Pues son como una pelota de tenis". Después me empecé a poner nervioso de solo pensar lo que estarían haciendo en mi casita. Me llaman a la una: "los del inyectado se han ido y no vuelven hasta las cinco para tapar lo agujeros, mejor te vas a comer a casa de tus padres."
Hecho. Como en casa de mis padres y a las 16.30 entro en mi casa y me la encuentro como las fachadas de Bagdad después de la guerra. El olor, como si me disfrazase de momia envolviendo mi cabeza de papel higiénico. Las fotos dejan constancia del desaguisado que espero se acabe algún día. Una vez tapados los agujeros y bajado el techo ya noto la diferencia, pero tampoco tengo referencia porque estos días en Logroño hace calor. Hasta 19° en alguna marquesina del centro.
Ya contaré como acaba el resultado.


domingo, 16 de diciembre de 2012

50 Sombras de Grey, E.L.James

Es un libro para mujeres. No se puede hablar de literatura porque la gramática, sin ser incorrecta, es bastante simplona. Carece de recursos literarios y abusa de recursos como membretes de emails que hacen extender el libro llenándolo de vacíos. Esto ya se utilizó en "El diario de Bridget Jones". El tema es muy recurrente para el sector de las féminas. Todo ronda a un ideal masculino que encandila a las lectoras por su físico, su dinero, y ese fondo que sólo ven ellas de buena persona a pesar de todo. Subyace también la idea del poder que tiene una mujer para cambiar a un crápula a su antojo.
Los personajes me parecen muy mal construídos. Se supone que él es un "macho Alfa" al que le gusta el sadomaso. En cambio es un metrosexual que toca partituras clásicas al piano después de "follar duro" como dice él.
Yo veo un poco de violencia de género desde el momento de que cosifica a la protagonista haciéndole que vaya a la ginecóloga u obligándole  a comer en contra de su voluntad. Ella, hay momentos, en los que siente auténtico pánico a la reacción de este individuo. Hay un sometimiento psíquico presente en la violencia de género.
Para mondarte de risa la frasecita esa de "vamos, nena, dámelo todo".
Otra cosa, el tío parece una máquina expendedora de condones.
Se que todas las que lo habéis leído deréis que no lo entiendo porque soy hombre y tal vez llevéis razón. Tal vez por eso me fije en detalles como el MacBook Pro de 32 Gb de RAM (¿con tanta RAM?).
A ver si la autora saca ahora una trilogía en la que el adonis sea un alicatador o un barrendero.