domingo, 17 de marzo de 2013

San Patricio y yo currando



¿Sabéis esa de montar un circo y que te crezcan los enanos?. Más o menos es lo que me ha pasado a mí este mes. Cuando ya había terminado de alisar las paredes del pasillo y pintarlas, veo que el rodapiés se hincha y se despega de la pared incluso estando atornillado. El dm (papel prensado con lo que fabrican estas cosas) se había agrietado por la humedad. El lugar en el que apareció coincidía con la bajante general del baño. Me temía lo peor. Que me tuviesen que destrozar las baldosas del baño para llegar a la tubería y tener empantanada la casa de nuevo un mes más. Llamamos al seguro y apareció un fontanero rumano que al explicarle el asunto empezó a destrozarme el techo del baño en busca de la tubería corroída de la canaleta del tejado. En los pisos viejos se tenía la costumbre de conectar las aguas pluviales con las fecales y ahorrarse unos cuantos metros de tubo. Ahora eso está prohibido. Me imagino que por cuestión de ahorro en la depuración de las aguas, pero lo ignoro. El caso es que se veía claramente que escurría agua del tubo roto por la parte de afuera del otro. En las labores de derribo de techo y pared el muy "inteligente" fontanero me picó con algún escombro la tapa del inodoro. Y el muy cabrón encima me decía que eso estaba ya y que me lo estaba inventando yo. ¡Qué mala hostia hice! Me dejó la pared del baño que daba al patio de luces abierta y me dijo que hasta dentro de unos días no irían los albañiles a taparla. Esa noche tuve que tapar techo y pared con un cartón para evitar el frío. El lunes los albañiles taparon la escayola del techo y la pared pero dejaron sin revocar lo de fuera porque eso lo tenía que hacer alguien que se colgara en la fachada. A fecha de hoy estamos esperando.
Dejando este percance de lado, paso a hablar de la decoración que nos estamos currando para el salón. En el tema del color decir que he tenido que repintar varias veces. Una base como primera mano, una segunda mano para dejarla perfecta, una tercera mano para retoques aquí y allá y una cuarta porque al comprar un bote para los retoques la máquina había hecho una mezcla distinta y los retoques fueron manchones más claros que hubo que corregir cuando devolvimos el color equivocado. En luminotecnia nos decidimos por unos halógenos empotrados regulables y una araña de cristal antigua sobre la mesa de comedor. En la tienda de los empotrables nos vendieron los focos y unas pastillas reguladoras que se meten en el registro de la pared. Nos dijeron que compráramos nosotros los pulsadores para regular a nuestro gusto. Después de elegir unos superchulos con lucecitas led y todo, el instalador de las lámparas nos dice que estos de su tienda no se enteran  de nada. Lo único que necesitábamos eran unos pulsadores abiertos como los de las luces de los rellanos de escaleras y no esos carísimos (280€) que nos habían traído desde A Coruña. Devueltos estos e instalados los definitivos nos quedaba comprar la araña de cristal en un anticuario. Nos tuvimos que desplazar a Zaragoza a ver que había por allí pero las pocas que había no nos gustaban. Ya que donde más anticuarios hay en España es en Madrid hemos estado pasando unos días allí para comprar la lámpara. Buscando hotel en el capital y viendo las ofertas en la centro me hizo gracia el Vincci Capitol en el mítico edificio Carrión. Y digo mítico porque Alex de la Iglesia lo inmortalizó en su película "El día de la bestia". Aparte de otros usos que le dieron en la Guerra Civil Española. Todavía estoy viendo colgados del letrero de Schweppes a Santiago Segura, Alex Angulo y el noviete de la Cucinotta. Mis creencias satánicas son completamente nulas y eso de que invocasen al diablo en alguna de las habitaciones de ese edificio hasta me parecía gracioso. Después de hacer el check-in estuvimos callejeando por el barrio de Salamanca buscando tiendas de decoración y alguna que otra de ropa. Disfrutamos de una tarde soleada en una terraza con un café y unas rosquillas de Alcalá ( para mi gusto demasiado azucaradas). Una vez cerradas las tiendas fuimos a cenar al Mercado de San Antón en el barrio de Chueca. No era para echar cohetes pero en la terraza tenían un lounge entretenido con algún que otro pijo local, que en Madrid los hay y muchos. Agotados, y ya en el hotel, nos dimos una ducha y nos metimos a dormir. Tuve que levantarme a apagar la tv porque el mando no iba. A eso de las 04.15 nos despertamos porque creíamos que nos habíamos dejado algún grifo del baño abierto. Abrí la puerta y lo que pasaba es que caía agua a mares por el techo. El agua empezaba a colarse hacia la habitación y tenía pinta de no parar. Avisamos a recepción y nos dijeron que en un momento nos atendían.
Pasó más de media hora y volvimos a llamar. Esta vez subió una recepcionista muy apurada y nos dijo que hiciésemos las maletas para ir a otra habitación porque la avería era gorda. En pijama por el pasillo íbamos pisando charcos en la moqueta hasta llegar a la habitación más grande de la planta. Había un jacuzzi redondo de peli porno, no caía agua del techo, una cama king size y aquí si funcionaba el mando de la tv. A la mañana siguiente nos explicaron que había reventado una tubería de la sexta planta y había llagado hasta nosotros en la cuarta. ¡Cosas que pasan!
El día lo tiramos de anticuarios por una zona que va desde el mercado de San Miguel hasta la puerta de Toledo. Medio apalabramos una lámpara en un puesto y le dijimos que pasaríamos al día siguiente con el coche. Seguimos de tiendas esta vez de ropa para un acontecimiento(  llamese boda) en Abril. Por la tarde unos gin tonics en LaMucca de Prado y cena de hamburguesa en HomeBurger. Al llegar al hotel había en la habitación unos bombones con una nota de disculpa de la directora. Pusimos el despertador del móvil y lo enchufé para que se cargara. A eso de las 08.00 me levanto para ir a mear y veo que no hay luz en el baño y que mi móvil no se ha cargado nada. Llamo a recepción y sube un botones con un destornillador para desprecintar la caja de los diferenciales que se había saltado. Total que ese día salí a la calle sin móvil. ¡ Con lo enganchado que estoy!
Fuimos a la tienda de la lámpara y nos dice la buena señora que después de irnos había ido un chico y les había dado una señal por la misma lámpara. ¡Qué casualidad!. Además ella se había equivocado al darnos el precio. ¡ Pues nosotros somos de fuera, o nos llevamos la lámpara ahora, al precio que nos dijo o no nos llevamos nada de esta tienda!. El hijo hizo el paripé de hablar con el comprador fantasma y volvió diciendo que como no lo tenía muy claro que ya se pensaría coger otra. ¿ Por qué se mete la gente a regatear sin saber?
En resumen. Tengo ropa para la boda, la araña de cristal antigua sobre la mesa y una experiencia en el "hotel satánico" para contarla a aquel que quiera oírla.
Hoy me ha tocado guardia en el trabajo y mi celebración por San Patricio se ha limitado al mini café irlandés acompañado por una supergalleta de trébol.
                                      

¡Happy Saint Patrick's day!