viernes, 28 de agosto de 2009

“Ensayo sobre la ceguera” vs. “A ciegas”

Siempre que se saca una versión cinematográfica de algún libro se buscan parecidos y diferencias de una respecto al otro.
Se dice, “tal o cual cinta es fiel al texto…”
¡Mentira!
Los filmes pueden ser parecidos pero nunca iguales al libro, siempre y cuando el libro no se haya escrito a posteriori.
Me he decidido a hacer esta comparación porque me apetecía ver la película “A ciegas” de Fernando Meirelles que había obtenido el beneplácito del autor de “Ensayo sobre la ceguera” José Saramago.
Fernando Meirelles es un valor seguro en la dirección. Después de ver “Ciudad de Dios” no he querido perderme ninguna de las que hace. Me pasa lo mismo con Alejandro González Iñárritu.
La película es similar al principio del libro pero no al final. Nos presenta una hipotética catástrofe mundial debida a una epidemia desconocida. Al igual que en “El señor de las moscas” de William Golding unos individuos aislados tienen que autogobernarse ante la falta del “papá Estado”, con lo que eso conlleva. Antropológicamente es como empezar una sociedad desde cero. “Ensayo sobre la ceguera” es un título más acertado que “A ciegas” (más propio de una peli de miedo), que es más comercial. La palabra “ensayo” hace difícil hasta vender libros.
Hay cosas muy crudas en la película que no se comprenden por omisión de pensamientos que sí aparecen en el texto.
En la segunda mitad del libro hay escenas surrealistas que llevan al lector a imaginar como sería la vida diaria y las tareas cotidianas con el hándicap de la ceguera. Los moradores del lugar dan lecciones a los protagonistas acerca de alojamiento, comida, desplazamiento, etc.
El graciosillo de Saramago tiene alguna perla como “… son mujeres, quien las entienda que las compre.”
Concluyendo la peli bien pero el libro mejor. En la primera el final parece forzado para que quepa dentro de las dos horas estipuladas en el negocio del séptimo arte. En el segundo es más pausado y mantiene al lector expectante.

sábado, 22 de agosto de 2009

Mapa de los sonidos de Tokyo

Hace un par de días estuve hablando con un compañero del trabajo sobre el cine español. Él opinaba que todo el cine español era una porquería. Esa mañana yo estaba un poco espesito y no me apetecía contestar pero mi memoria tiene archivadas unas cuantas películas que rebatirían su postura.
El caso es que vi hace poco en vídeo una de las últimas españoladas que daba vergüenza ajena, su título "Mentiras y gordas".

Y pensar, que se destina dinero público para esas memeces. Si quieren invertir en cultura que les den el dinero a los escritores jóvenes o a los investigadores científicos.

No me gusta tirar el dinero en una entrada de cine, en un alquiler de vídeoclub y ni siquiera en la electricidad consumida en una descarga de la web. Como tengo que escoger lo que quiero ver al final lo que no me falla, o me falla poco, es la elección del filme en base a su director. Directores de la talla de Fernando Trueba, Fernando León de Aranoa, Alejandro Amenabar, Montxo Armendáriz, Gracia Querejeta, Ventura Pons, Isabel Coixet, y alguno más, no defraudan al espectador exigente.

Esta semana quiero ir a ver sin falta "Mapa de los sonidos de Tokyo", un trabajo de Isabel Coixet en el que aparece Rinko Kikuchi (adolescente sorda de "Babel") y Sergi López.

La explicación que dio la directora sobre como surgió la idea para la película es que se encontraba haciendo unas fotos en Japón y enfocando a una pescadera fue reprendida porque no quería ser retratada. Isabel pensó " ¿y porqué no querrá salir en una foto?. ¡Ya está! Es una asesina a sueldo pluriempleada como pescadera.

El argumento promete, el escenario también, los actores ni que decir tiene y por supuesto el buen hacer de esta directora que me cautivó con "Mi vida sin mí".

martes, 11 de agosto de 2009

1982

Esto del internet es alucinante. ¿Qué probabilidad hay de que encontréis una fotografía vuestra de hace muchos años en internet?
A mí me ha pasado. Me llama un día mi hermano.
_ Oye métete en tal página. Abres el desplegable de tal galería y donde pone “historia” haces un visionado y me dices si has encontrado algo raro.
_ Ahora no puedo, estoy liadísimo con el curro, dime lo que es y ya está.
_ Nada, nada, lo tienes que mirar tú.
_ De acuerdo ¿qué página es? (seguro que es alguna tontería de esas de los mails)
Entro en la web y empiezo a ver fotos en blanco y negro en las que no conocía a nadie. 1974, 1976, 1979… hasta que doy con una de 1982 en la que aparecemos los dos en una excursión a la hora del almuerzo esperando que nos hiciesen la foto para comernos el bocata.
Desde luego yo no tenía constancia de la existencia de esta foto y menos aun de que estuviese colgada en la red.

¡Soy yo hace 27 años!


lunes, 3 de agosto de 2009

Chiquita, Antonio Orlando Rodríguez

Como dice su autor “Chiquita” es una biografía imaginaria de un personaje real.
La historia es un poco simplona y hay veces que te aburres . Se repiten las acciones (exhibiciones, cotilleos, rollitos) y los lugares (circos, tablados y hoteles) aunque varíen las ciudades.
Aparecen muchos personajes históricos de la época que rodean las andanzas de este freak*.
El cuentista del autor (tiene más literatura infantil que adulta) inventa para la novela una suerte de “Club Bilderberg” formado por enanos.
Establece una distinción entre enanos y liliputienses, unos deformes y otros proporcionados. Esto no se si es cierto porque no lo he podido comprobar. Hay una película llamada “Tip toes” que, sí creo, hace referencia a eso.
Soy un apasionado de la literatura sudamericana por su riqueza lingüística y por el mejor uso que se hace de nuestro idioma, pero pasados los primeros capítulos esperaba algo más de chicha que no encontré. Son seiscientas páginas y no sabía si terminar las 200 últimas.
Lo bueno de todo es que hace un pequeño recordatorio de la independencia cubana y de los primeros años de república tutelada.
*Freaks (personajes de circo) de donde viene el término friki.