viernes, 4 de julio de 2008

Mi primer día en la Expo Zaragoza 2008, 28 Junio


Arquitectónicamente el Pabellón-puente un acierto en toda regla, se nota el Pritzker. La Torre del Agua todavía tengo que escalarla, pediré consejo a mi amigo Alain Robert. Por fuera me encanta el pabellón de España del que dejo una muestra.



Hay países que se han esforzado con el tema tanto original como económicamente. Así tenemos a Turquía que ha reproducido sus fuentes y sus baños, Marruecos sus patios típicos de los riads y los palacios, Francia sus valles, Argelia incluso su falta de agua como parte de un ciclo. Otros en cambio han utilizado su recinto expositivo como un mercadillo para vender baratijas made in China.
Vale que el tema era flojo. Hablar del agua es como hablar del aire o el resto de los cuatro elementos (fuego y tierra). Unos hablan del cambio climático, otros de aprovechamientos de recursos, casi todos tratan de implicar al ciudadano de a pie y no vi nada referente a la utilización del agua por parte de todo tipo de industrias. Yo me imagino que la razón es tan sencilla como que la Expo al igual que los gobiernos está subvencionada por las grandes corporaciones.
Se demoniza a los habitantes del planeta por el derroche del precioso elemento pero no he visto que se diga que hacen con los millones de litros de agua que se utilizar para enfriar el uranio en las centrales nucleares.
Me hubiese gustado ver un documental sobre el agua virtual (John Anthony Allan). En el pabellón de Colombia estaba el stand de Juan Valdez ofreciendo café pero sin decirte que con esa tacita te estabas bebiendo 140 litros de agua.
Dejando el tema de lado la organización no era muy buena , lo del fast pass no acortaba mucho la espera más bien te generaba endorfinas pensando que con el papelito ibas a pasar directamente. En Agua Extrema después de esperar una cola de tres horas y pasando calor entre los cristales azules tuvimos que esperar a la solución a un problema técnico que nos dejó tirados (vease la foto).
Lo peor de toda la Expo sin duda es la hostelería. Los chiringuitos playeros tienen más organización y gente más profesional a la barra que los quioscos mal atendidos y peor pensados que han ideado para atender a tantísimas personas que visitan la exposición.
Vimos unas cuantas broncas por el turno para pedir, las camareras y camareros no ponían mucha atención en lo que hacían y recriminaban a los que no guardaban la fila sin haber tal. Los comedores de los pabellones autonómicos comunales y casi como si fuesen puestos callejeros de perritos calientes. Los precios altísimos y encima también había que hacer fila. Para colmo del ecologismo utilizaban aire acondicionado para enfriar el “aire libre”.
Si que parecía haber algún buen restaurante pero con precios de 50 euros en adelante.
El “Cirque du Soleil”no hace falta decir como son, pero lo voy a decir, no les hace sombra nadie.
Por la noche el concierto de Alanis Morrissette. Su nuevo disco sonaba muy bien. Pese a los kilos ganados por la cantante,demostró que aguanta bien los esfuerzos y sus quiebros de voz . Viendo que el aforo bajaba a lo largo de la actuación recurrió a números uno anteriores que están un poco trasnochados.

Continuaré.

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