domingo, 18 de mayo de 2014

La testigo, Nora Roberts.

Novela efectista un poco pueril. Empieza con unos asesinatos, como muchas otras novelas. La protagonista, una adolescente inocente pero, muy muy lista. Mafias rusas, polis buenos, polis malos, detectives chuscos, sexo vainilla como diría Mr. Grey. Llamar a esto novela negra sería una ofensa para muchas otras obras verdaderamente buenas.
Me cansa muchísimo el manido recurso del superhacker que entra y sale por nuestras vidas revolucionando nuestros megas como un ser omnisciente y omnipotente, pero a su vez, siendo el Robin Hood de los bits. Apesta...
Manido recurso segundo, el Síndrome de Asperger. Para explicar la inteligencia natural de un personaje le dan esa forma de actuar carente de sentimientos y regidos por la lógica más aplastante. Si quieren hacer una escéna cómica recurren a ese no saber leer entre líneas y no entender las bromas. Aquí la protagonista no se parece en nada a la de "Bones" porque además la escritora cuando le da la gana le hace tener sentimientos irracionales. Excepto los asesinatos del principio, el triunfo de los buenos sobre los malos y su fácil lectura hace de este libro una novela amable para ratos de ocio en los que no quieres pensar. Todo es predecible pero lo sigues leyendo para cerciorarte de que tus conjeturas eran ciertas.
Si lo puedes pillar de libro de bolsillo en oferta, mejor que mejor.

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