Santorini, días 20,21,22 y 23

He llegado al puerto mareado. Las cuatro horas de ferry dando botes han hecho su trabajo perfectamente. Por suerte nos ha esperado un chofer del hotel para trasladarnos al mismo. Santorini es una pequeña isla que de lado a lado tendrá unos 20 kilómetros. Se ha formado por el hundimiento de un volcán que ha formado un gran lago marino en su cráter. Los habitantes de la isla han sabido aprovechar este accidente geográfico para convertirlo en ganancias por el turismo. La estructura de las viviendas mantiene un orden urbanístico que da armonía a todos los pueblecitos del entorno. El resultado es un lugar muy fotogénico cargado de luz por sus fachadas encaladas. Desde su capital (Fira) hay un paseo peatonal de 10 kilómetros a Oia. Este pueblo es la postal típica de todos los libros de viajes de Grecia. Casas y calles encaladas, campanarios en tres alturas y bóvedas de ermitas azulonas que contrastan con el azul marino de "la caldera".

El camino merece la pena porque pasas por hoteles que te hacen pensar en porqué no te habrás gastado un poquito más. Pasados estos, alrededor del cráter, subes laderas de montañas con colores que van del rojo al negro moteadas de liquen verdoso y con aromas de tomillo y otras hierbas silvestres que después hemos comido en alguna ensalada.

Dentro de la caldera amarran los cruceros y desembarcan a sus viajeros en un pequeño muelle en el que esperan unos muleros para subirlos con sus equinos.
Los traslados en la isla se pueden hacer con alquiler de coche, quad, moto, en taxi o como hemos hecho nosotros con los buses locales. Alguno de estos peor que las guaguas sudamericanas.
En la wiki pone que viven en la isla unas 14.000 personas. Como productos típicos venden dulces de sésamo, aceitunas, vinos y una cerveza artesanal llamada Yellow Donkey bastante aceptable. El vino tinto es dulce (casi para postres) y el blanco es como una cava sin gas.
Hemos estado en dos de sus playas (no habrá más de cinco). Perisa ha estado bien porque en unas hamacas comodísimas hemos tenido un "dos por uno" de pinta de cerveza además de unas buenas ensaladas. Meterte en el agua es peligroso porque hay piedras resbaladizas que hacen temer por tu vida. La playa roja tiene un acceso difícil y no tiene la infraestructura de la anterior pero para pasar una horita dentro del agua es mejor.
Dice la publicidad que la puesta de sol de Oia es una de las mejores 20 puestas de sol del mundo. ¿? No lo hemos comprobado. Lo veré en alguna foto del Flickr.

Próximo destino Mykonos.