domingo, 7 de octubre de 2012

Mejorando mi inglés.

Mi segunda quincena de vacaciones he optado por ir a mejorar mi inglés con el método más sencillo del mundo. Ni el método de las mil palabras ni Richard Vaughan consiguen un resultado más rápido que ir a la cuna del aprendizaje de inglés para españoles. No es UK. Es Dublín. No hace falta ir al Trinity College para esto. Según bajas por O'conell street hacia la universidad, pasado el puente giras a mano derecha en la segunda intersección y apareces en una zona plagada de academias llamada Temple Bar en las que por el módico precio de 4 ó 5 € te sueltas a hablar y mitigas la sed. Las pintas ayudan a ello. Tu inglés mejora proporcionalmente con las pintas que consumes. Es increible cómo funciona el método.
Después de estar en manga corta en Santander pasamos a llevar el parca de invierno en Dublín donde hace 6ºC con sensación térmica de 4ºC. Llegamos por la tarde y después de comprar un return ticket de bus en el aeropuerto hicimos la entrada en el hotel. La habitación olía excesívamente a tabaco y pedimos que nos la cambiasen. Nos dijeron que para el día siguiente. Era hora de cenar y fuimos directos a la zona de bares y restaurantes conocida como "Temple Bar". Había gente muy pasada y todavía eran las 19.30. Nos llamó la atención un restaurante llamado   "Elephant&castle" y reservamos para una hora más tarde. La espera de una hora la hicimos en un pub de un callejón donde había música en directo y estaba llenísimo. Pedimos unas pintas de Guinness y un amable borracho nos hizo sitio junto a su mesa. Después de agradecerle su amabilidad e intentar entablar una conversación coherente dijo que se iba al baño. A los cinco minutos aparecía escoltado por dos camareros salidos de un equipo de rugby que le dicían que pagase los 24€ que debía y que se largase. Él se hacía un poco el longuis. El cantante mientras, jaleaba por países a los bebedores del local. Los grupitos de españoles, alemanes y austriacos chillaban al oir su país. Tres canciones más y terminada la pinta nos fuimos. De la cena lo mejor fueron unas alitas picantes que hay en casi todos los restaurantes del lugar. La restauración en la ciudad no es muy variada y cuesta mucho evitar las fritangas. Mi aguante de pintas son dos. Por lo que después de la de la cena volvimos al hotel. Junto a la puerta del hotel unos portero de discoteca está pegando a un borracho pesado que está tocándole los huevos. Me imagino que viernes y sábado será más intenso.
Nos hemos levantado pronto para patear la ciudad y ir haciéndonos una idea de donde hay tiendas, restaurantes, iglesias, mercadillos, etc.
Después de un desayuno con salchichas, huevos y patatas nos hemos decantado por ver las iglesias. La primera que encontramos por el camino es la de Christ Church. Es una iglesia construida por los vikingos en la que lo importante es la cripta pero que el protagonismo le ha sido robado por un gato y un ratón disecados que se encontraron en los tubos del órgano durante una limpieza. Les pusieron de nombre "Tom y Jerry" y los expusieron. Ahora hace las delicias de los turistas. Optamos por pagar por la Catedral de San Patricio. Craso error. Dinero tirado. Una construcción neogótica bastante basiquita. En su interior muchos bustos y estatuas de gente de la ciudad además de homenajes a los soldados irlandeses mandados a guerras africanas, indias y europeas. Aparte de eso una cuarta parte de la planta está ocupada por souvenirs de Irlanda y Dublín. Si Jesús estuviese vivo podría repetir la escena de los tenderetes. Lo interesante ha sido conocer que Jonathan Swift (el autor de "Los viajes de Gulliver") fue Dean de esta catedral.
Graphton Street nos gustó más. Una calle peatonal comercial y plagada de artistas callejeros. Frente a una tienda de discos de la cadena HMV había un grupito juvenil que sonda brutal. Si hay una cosa buena en esta ciudad es la cantidad de músicos y grupos amateurs que le dan veinte vueltas a muchos profesionales. La noche la terminamos en el Madigan's junto al hotel. Unos buenos sandwichs con patatas, unas pintas de Guinness y un concierto de un tío que versionaba muy bien a Johnny Cash aparte de tener un gran repertorio de canciones tradicionales irlandesas.

8 comentarios:

Marina dijo...

Ulises debe ser que el alcohol deshinibe y te sueltas con más facilidad... aunque me mantengo incredila al respecto. Un saludo.

ulises dijo...

Marina, te lo digo en serio. Con el alcohol te vienen a la mente letras de canciones, situaciones en clases de inglés de bachiller y además la pérdida de vergüenza.

juanjo dijo...

Sin duda el alcohol es un gran desinhibidor
Feliz estancia en Dublin
Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo en alemania me dieron otra habitacion.por lo mismo dije que no me podia acostar por la alergia así que si no quería llevarme a urgencias merecimiento edad ya y me la dieron

M de la (o) dijo...

Soy M de la O

Tawaki dijo...

Adoro Dublín, bueno, en realidad Irlanda entera. Siempre aconsejo a los que quieren aprender inglés que vayan allí. Puede que no tengan el mejor acento, pero sin duda son entrañables.

Pecosa dijo...

"Me imagino que viernes y sábado será más intenso." Madre mía, era un día de cada día! Parece Barcelona centro, jajajaj

Ah, las conversaciones en inglés bañadas en cerveza... se liga fenomenalmente, oye.

Tawaki dijo...

Adoro Dublín. Sólo he estado un par de veces, pero sus pubs me impactaron. Hay música por todas partes y la gente es muy simpática.