sábado, 19 de septiembre de 2009

Nueva York me absorbe.

Otro día sin ver los grandes reclamos de la ciudad. Tras desayunar un capuchino impresionante que ya documentaré empezamos a patear hacia el Low Manhattan, cruzamos un parque de Chinatown donde los jubilados echan sus partiditas de Mahjong y frente al City hall (ayuntamiento) unos carteles de unos almacenes me atraen irremediablemente “electronic discounts save 30%, 40% off”. Entramos, ojeamos, somos atendidos y le digo al vendedor que lo consultaré con mi pillow, nos da su tarjeta. Nos dirigimos a la “zona cero” que presenta un aspecto desolador pero que están reconstruyendo rápidamente (igual no tan rápido ya que han pasado 8 años). En un edificio colindante que ya conocíamos por las guías tiramos unas cuantas horas quemando la Visa. ¡Menudos chollazos! No es tan caro tener unos Blanik o unos Jimmy Choo, otra cosa es que te gusten. Tenemos que volver al hotel a dejar las compras y a buscar algún lugar para comer. En Little Italy es el festival de San Gennaro y abundan los puestos callejeros de salchichas (parecidas a las catalanas) aderezadas como los hot dog. En los quiosquillos solo se ven latas de Cocacola y botellas de agua le pregunto al camarero si está permitido tomar cerveza en la calle y me dice que no en todo EEUU. Dice que a la vuelta tenemos un puesto donde puedes tomar un birra mirando la fiesta. El recinto en cuestión es una terraza adaptada para el evento como si fuese una especie de establo donde los animales somos los bebedores del preciado zumo de cebada.
Disfrutamos de la fiesta viendo a los feriantes y saliendo de la pequeña Italia entramos en el mercado de los jóvenes diseñadores, estamos en NOLITA. Es una zona juvenil cargada de bares con bonitas terrazas y tiendas de diseño asequible. Entre terraza y terraza alguna galería de arte. Las fachadas de los edificios impresionantes.
Este es el país de las propinas. Situación:
18.00 nos tomamos unas coronitas en una terraza en NOLITA y nos sacan la cuenta (12$) meto el dinero en la carpetita del ticket y se lo lleva la camarera. Al momento vuelve la chica con una cara de entre digusto y preocupación y me pregunta que si nos han tratado mal o si algo no ha sido de nuestro agrado. Le digo que no y me explica el rollo de las propinas. Me disculpo aduciendo el cambio cultural y le suelto dos bucks (pavos).
En Usamérica los camareros cobran una miseria y tienen que vivir de las propinas, cosa que veo bien porque te atienden mejor y cosa que veo mal porque al empleador le salen más baratos y se genera economía sumergida. En Francia lo tienen regulado y viene en el ticket.
Me acuerdo un capítulo de “Los Soprano” donde un camarero reclamaba a uno de los mafiosos la propina de una copiosa cena (2000$) y como el cliente estaba canino hubo una trifulca con resultado de muerte.
Lo de los restaurantes ya lo sabía, pero no lo de las copas. En fin, que voy a tener que sacar las matemáticas a pasear y coger práctica haciendo el 15% a todo.
Por cierto pasé por una gasolinera y tienen el litro de gasofa a 57 céntimos de euro.

Continuará

4 comentarios:

severino el sordo dijo...

beber cerveza en una cuadra? y se llaman civilizados¡un saludo.

IBE dijo...

Ya te digo: las propinas cubren el nefasto sueldo de los trabajadores, beneficiando al empresario, las propinas que suelen ser voluntarias y un 10% aquí, allí el 15 y obligatorias, seguimos con la ley seca para el alcohol, y tomándola te tratan como ganado.

Una reconstrucción rápida, lleva 8 años y todavía no ha terminado, copian las longanizas catalanas, ja,ja, porque ellos no existían cuando las empezamos a hacer aquí, ja,ja, vamos que todo son ventajas en el bosque de rascacielos. Os vais a poner cachas con tanto andar.

gianna dijo...

viajo por nueva york por tu blog!!!! esta bueno.....saludos

ulises dijo...

Gracias por tu visita Gianna.