lunes, 29 de noviembre de 2010

Kochi Cochín

Estamos sentados en el avión de hélices que nos tiene que llevar a Kochi y el piloto anuncia que tiene un pequeño problema y tardaremos un poco más en partir. Empieza a entrar gente en la cabina y me viene a la cabeza el camarote de los hermanos Marx. A los 15 minutos salen todos los que habían entrado y arrancan motores. Al llegar al aeropuerto de destino vuelvo a tenerla con un taxista. Es un taxi prepagado y el tipo me pide 200 rupias para unos peajes, le digo que no, que está prepagado. Paga él el peaje. Al llegar al hotel le explica al recepcionista que no le he dado para el peaje y enseña la hoja de prepago en la que pone que el pasajero debe pagar el peaje. Le digo que bien pero que sólo pagaré viaje de ida, no dos viajes como pretende él. Aún así que me deje ver los tiques del peaje. Me los trae y el montante de ida y vuelta asciende a 80 rupias por lo que solo debería pagarle 40 le voy a entregar un billete de cien y no se que se piensa pero se larga enfadado. En el hotel nos han recibido muy bien y nos han dado cena. Es una antigua casa colonial muy bien situada con cantidad de artesanías nada cargantes. En la azotea hay una pequeña piscina que con el calor que hace parece necesitarse. Hay una temperatura de 32ºC y un 80% de humedad. Nuestra estancia está en Fort Cochín, que es donde se encuentran unas antiguas redes chinas gigantes que son reclamo de turistas y vendedores ambulantes. Siguiendo la costa pasas por un barrio de compra-venta de grano y especias que está plagado de pequeños hombres en doty cargando pesados sacos de arroz. Más adelante aparece poco a poco el barrio judío, donde hay multitud de tiendas de souvenirs y artesanías. Si alguna vez alguien quiere comprar auténticas artesanías grandilocuentes (expresión de mi profe de historia del arte) este es el lugar perfecto. Hay varios almacenes que mezclan la restauración (hostelería) con la exposición y venta de majestuosas antigüedades y artesanías. El turismo ha dado bastante ambiente a este lugar y hay garitos curiosos como el “Tea Pot” donde tomar un buen Dargeeling Tea y un trozo de tarta “muerte por chocolate”. Junto a este hay un restaurante donde sirven comida típica de Kerala que tiene abierto tres horas y media al día para las cenas. El gerente de nuestro hotel nos ha contado que la dueña del mejor hotel de la zona es vasca y por eso tiene un restaurante con tapas y vinos. Tarde porque nos queda medio día que lo utilizamos para ver la muestra de una representación teatral ancestral llamada Kathakali.

10 comentarios:

juanjo dijo...

Solo una vez subi en un avion de helices y lo pase francamente mal.Por lo demas vuestro viaje me esta resultando sumamente interesante
Un abrazo

IBE dijo...

Ja,ja,ja, sumamente interesante y lo mejor viene al final...supongo !!!

ulises dijo...

Juanjo,al final habrán sido tres aviones de esos, y me acuerdo bien porque te dan unos bocadillos muy buenos. Excepto este los otros despegaron a la primera.
IBE, si que ha sido interesante.

Pecosa dijo...

Ah, a mí eso de que no despegue a la primera no me habría hecho ninguna gracia. Pero ninguna, vamos.

¿Porqué sólo puedo ampliar la primera foto? :(

ulises dijo...

Yo tenía confianza en esta empresa. ¿Cómo no confiar en la empresa que más cervezas vende en la India?
Ahora intento poner las fotos bien.

ulises dijo...

Solucionado lo de las fotos.

Pecosa dijo...

¡Ahoooora!

Lakacerola dijo...

¿Has pensado en vender el reportaje a españoles por el mundo, globe trekker, lonely planet o alguno de estos?

ulises dijo...

Lakacerola, ya me gustaría que me pagasen por hacer una cosa que me gusta realmente. Lonelyplanet es muy bueno, en cuanto a hoteles Tripadvisor. La Traveler de CondéNast es más elitista.

Romek Dubczek dijo...

Me encantó el negrito de la foto.
saludos